La Operación de Barrios en Remodelación, desarrollada fundamentalmente entre 1979 y 1986, supuso no sólo la remodelación de más de 38.500 viviendas en 30 barrios, y el realojo de sus aproximadamente 149.000 vecinos, sino que se convirtió en una experiencia participativa sin precedentes en el contexto de una democracia incipiente. Las reivindicaciones de una serie de barrios obreros que reclamaban el derecho a tener una vivienda nueva, de calidad y asequible en el propio barrio, anteriores y simultáneas al proceso democrático, fueron asumidas mediante la inclusión de los compromisos adquiridos previamente en la Orden Comunicada de 1979. Los barrios remodelados se situaban en la periferia próxima de Madrid, entre el noreste y el suroeste, e incluían núcleos de casa bajas y chabolas consolidados y de gran tamaño y pequeños asentamientos chabolistas de minorías étnicas, así como barrios de promoción oficial de carácter temporal destinados a la absorción del chabolismo o de carácter permanente pero, en muchos de ellos, con importantes deficiencias constructivas o de habitabilidad. En su momento se discutió técnicamente la pertinencia de rehabilitar los mejores pero no prosperó por la presión vecinal.
El núcleo de casas bajas y chabolas de Palomeras, que había comenzado a crecer desde el arroyo del Abroñigal hacia el este a lo largo de la Avenida de la Albufera en los años 1940, estaba habitado a finales de los años 1970 por unas 12.000 familias. Ante el crecimiento de la ciudad, los propietarios del suelo plantearon el desarrollo de Planes Parciales de iniciativa privada de acuerdo con el Plan General de 1963 todavía vigente, que hubiesen implicado la expulsión de los residentes. La lucha vecinal consiguió no sólo evitar la expulsión de los vecinos, que pudieron permanecer en el barrio en condiciones económicas accesibles gracias a la valoración de la infravivienda que aportaban, préstamos a largo plazo y bajo interés y ayudas a fondo perdido, sino también dotarlo de infraestructuras y equipamientos. Las primeras promociones de Palomeras Sureste, entre ellas la Unidad 2, se iniciaron en la zona este, siguiendo la estrategia general de ocupación inicial de los terrenos vacantes con tejidos de muy elevada densidad para permitir el realojo de los ocupantes de las viviendas a demoler.